Clavó la mirada en el espejo y se dio cuenta de que estaba envejeciendo, estaba muriéndose sin darse cuenta. Su cara estaba llena de arrugas y su corazón lleno de experiencias. Pensaba en esas no se cuantas veces que quiso morir, ahora tenía miedo de que eso pasara. Se arrepentía de haberse escondido en sus sueños y en su habitación, porque no le contó historias de vaqueros a sus nietos, hijos de la hija que nunca tuvo. Quiso llorar pero sus ojos ya no tenían lágrimas, ya no era tan fuerte como en su juventud. Ya no podía hacer nada más, no lo merecía, solo podía esperar a morir, y averiguar si los dioses en los que nunca creyó, de verdad existen, y si es así, que se apiaden de él...
Cristian E. Eslava
Eternal Rose
El sitio de dos chicos raros que escriben lo que pasa por sus cabezas llenas de sueños e ilusiones, dándose a conocer en un mundo mágico, contaminado con miles de historias de amores imposibles y cuentos de hadas...
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jueves, 25 de octubre de 2012
viernes, 19 de octubre de 2012
Una Flor
Lloraba sangre por falta de lágrimas. La mujer que tanto amó durante esos años, ahora estaba muerta. Las rosas amarillas se habían marchitado. La lluvia disimulaba la cara pálida y ocultaba las lágrimas del chico raro de sonrisa triste, y mientras lamentaba la muerte de aquella chica, recordó la promesa hecha hace un tiempo. Decoró sus muñecas con la sangre que corría por sus venas, y pidió sepulcro para los dos. Sus testamentos eran dedicados a nadie. su amor se destruyó con sus muertes y nació una flor maldita y eterna, que solo florecería en la adversidad. La oscuridad cubrió la tierra y la flor pudo florecer en soledad... Maldiciendo el mundo.
Cristian E. Eslava
Cristian E. Eslava
miércoles, 17 de octubre de 2012
El Chico De Cabellos Oscuros Y Mirada Perdida
Alguna noche,
En algún lugar,
En algún tiempo pasado…
Una dama de largos cabellos castaños…
Sus ojos cafés, fijos y atentos
A la luna brillante, su única compañía
El cielo nocturno que un solo astro gobernaría.
Aquel manto negro con brillantes lucecitas…
Se preguntó si él también lo veía.
¿Él? ¿Quién? El chico de cabellos oscuros y mirada perdida…
Varios siglos, muchas décadas y algunos años…
La eternidad solitaria de una inmortal,
Tanto tiempo le había enseñado a desconfiar.
¿Pero qué hacer? Aquellas eran las consecuencias de su naturaleza vampírica.
Y al respecto, nada haría.
El joven no lo sabía…
Aquella noche dejó una carta que sentimientos contenía…
Sentimientos que en un principio, ella no creyó.
La duda… por largo tiempo la atormentaría.
Sentimientos…
Ella comprendía, aceptaba y correspondía
Pero nada más ofrecía.
La distancia era un problema,
Tan lejos y tan cerca,
Tantas alegrías…
Que ella tal vez compartir quería.
Pero no podía…
Encerrada en el fúnebre castillo, jamás salía.
Rodeado de rosas con filosas espinas…
Herían su alma, sin embargo jamás la tocarían.
Ella ofrece su amistad, y su lejana compañía,
¿El joven comprendería?
Confiaba la muchacha en que así sería.
Pero… quizás no era imposible…
Quizás las cosas cambiarían
Y el destino alguna página para ellos escribiría.
Con una sonrisa
Y calmada ya su alma
Se aleja de la ventana y se recuesta sobre la cama.
Cerrando los ojos, duerme y se prepara
Para el comienzo de otro día de su inmortal y eterna vida.
Eternal Rose...
En algún lugar,
En algún tiempo pasado…
Una dama de largos cabellos castaños…
Sus ojos cafés, fijos y atentos
A la luna brillante, su única compañía
El cielo nocturno que un solo astro gobernaría.
Aquel manto negro con brillantes lucecitas…
Se preguntó si él también lo veía.
¿Él? ¿Quién? El chico de cabellos oscuros y mirada perdida…
Varios siglos, muchas décadas y algunos años…
La eternidad solitaria de una inmortal,
Tanto tiempo le había enseñado a desconfiar.
¿Pero qué hacer? Aquellas eran las consecuencias de su naturaleza vampírica.
Y al respecto, nada haría.
El joven no lo sabía…
Aquella noche dejó una carta que sentimientos contenía…
Sentimientos que en un principio, ella no creyó.
La duda… por largo tiempo la atormentaría.
Sentimientos…
Ella comprendía, aceptaba y correspondía
Pero nada más ofrecía.
La distancia era un problema,
Tan lejos y tan cerca,
Tantas alegrías…
Que ella tal vez compartir quería.
Pero no podía…
Encerrada en el fúnebre castillo, jamás salía.
Rodeado de rosas con filosas espinas…
Herían su alma, sin embargo jamás la tocarían.
Ella ofrece su amistad, y su lejana compañía,
¿El joven comprendería?
Confiaba la muchacha en que así sería.
Pero… quizás no era imposible…
Quizás las cosas cambiarían
Y el destino alguna página para ellos escribiría.
Con una sonrisa
Y calmada ya su alma
Se aleja de la ventana y se recuesta sobre la cama.
Cerrando los ojos, duerme y se prepara
Para el comienzo de otro día de su inmortal y eterna vida.
Eternal Rose...
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